Teoría del ascensor
Sergio Chejfec
Buenos Aires, Entropía, diciembre
de 2017
222 páginas
Iniciar la lectura de un nuevo libro de
ese eximio escritor que es Sergio Chejfec es adentrarse en mundos paralelos, ubicuos,
indefinidos, observados con su lúcida mirada que desentraña los detalles más
insólitos de la realidad, o las pericias de sus pares escritores de
Latinoamérica. No es sólo de ascensores y guías de teléfono que se ocupa este
último libro. También la escritura de Chejfec recorre espacios exteriores,
ciudades, desde Buenos Aires a sus dos sucedáneas, Caracas y Nueva York.
Pura literatura de la indeterminación, su
escritura es documental, trasciende las categorías de ensayo o ficción. Ávido
lector, su libro es una variadísima reflexión sobre la literatura: Chejfec hace
una atenta lectura –podría decirse: una reescritura- de sus contemporáneos. Su pluma
es siempre sutil y perspicaz, tan incisiva como iluminadora así trate sobre la
poesía de Mercedes Roffé, la de Igor Barreto, de Carlos Ríos o los textos de
Saer y Cortázar, los libros de Victoria de Stefano, sobre Zama o acerca de las trampas de la traducción. O su personal
análisis del cine de Béla Tarr. El autor parece estar hablando de sí mismo en
muchos casos, en un juego de correspondencias, de apropiaciones, como al referirse
a Sebald. Es como si la obra de Chejfec transitara en uno de esos ascensores
que menciona, ya sean ellos verticales u oblicuos, permitiendo desplazamientos
diagonales en recorridos ramificados, en un tiempo propio, fuera de todo lugar.
Josefina Sartora
(Nota publicada en Le Monde Diplomatique Nº 234, diciembre de 2018)
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